¿Recordáis cuando eráis niños/as?
La mayoría, excepto casos aislados, odiábamos el colegio. Unos/as lo odiaban con todas sus fuerzas y otros/as no tanto, pero todos y todas, sin excepción podíamos decir al menos 3 cosas que nos apetecía hacer en cada momento en lugar de ir a clase.
Si recordáis eso, probablemente recordaréis también el sabor agridulce del mes de septiembre. Esa sensación templada, de bien y mal, de ganas y no ganas que nos invadía durante los últimos días de agosto y los primeros de septiembre.
Esa sensación, no era más que la ilusión de empezar de nuevo, la posibilidad de hacer las cosas de otra manera, la convicción de que ese curso haríamos cada cosa a su debido tiempo y el estrés no terminaría por fastidiarnos el curso, quitándole importancia al hecho de que el verano terminaba y había que volver a clase.
La emoción de nuevos retos, nuevos compañeros/as, nueva clase, reducía lo que sin esas novedades podía convertirse en el mes más deprimente del año.
Buscar el lado bueno de las cosas, es una actitud muy humana, una forma de aprender de los errores o de hacer menos dolorosos los malos momentos. Sin embargo, también es muy humano, buscar y rebuscar el lado bueno, pero no provocar que exista ese lado bueno. Tener miedo de los cambios, no crear los cambios (únicamente amoldarnos de la mejor manera a los que nos vienen).
¿Añoras esa sensación de los días previos a volver al cole? El olor de los libros nuevos, los nuevos retos, la emoción de cambiar de clase… Entonces, ¿por qué no provocas esa sensación en ti cada vez que puedes? ¿Por qué no te permites emocionarte como un niño/a?, ¿Por qué no generas situaciones que te impulsen a ponerte nuevos retos, nuevas actitudes… que te colmen de ilusión?
Cambiar de aire, cambiar de decorado, tiene las mismas consecuencias en la gente adulta que en los niños/as. ¿Te has planteado, que cambiar de oficina puede ayudarte a empezar el año con mucha más ilusión?
Si no puedes permitirte el lujo de cambiar de oficina, al menos realiza un cambio importante en la decoración, que te permita emocionarte y cuestionarte tu forma de hacer las cosas.
Cambia de transporte o el camino que recorres todos los días para llegar a tu oficina.
La cuestión, es que los cambios, son beneficiosos para ti.
Y sino, mirad lo que dice 3CERO en su artículo, Me tengo que ir…
Por eso, si nos llamas ahora, y nos mencionas la existencia de este vale de descuento, podrás aprovecharte de este descuento para empezar el año con las pilas bien cargadas y el corazón lleno de ilusión, esperanza y nuevos retos para 2015.
Hoy es un buen día para empezar a planear tu futuro.
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